Es la noticia de la semana, del mes y no diremos del año pero casi: Britney Spears se ha separado de Jason Trawick, con quién sigue manteniendo buena relación. Pero vamos, que vuelve a ser madre soltera.
Al margen del drama en cuestión, su vida laboral continúa, lo quiera ella o no (ya sabemos lo mucho que interesa a su entorno que trabaje y haga llegar dinero a casa) y tanto Britney como sus mánagers están valorando cantidad de proyectos. De momento, una nueva temporada de 'X Factor' queda totalmente descartada, y nosotros que nos alegramos. Por otro lado está la sitcom que le está buscando Larry Rudolph y, por último, tenemos la grandísima oferta que le costará rechazar.
Según TMZ, Britney podría estar valorando una estancia en un hotel en Las Vegas al más puro estilo Celine Dion, Elton John o Shania Twain. ¿La diferencia? Es más que evidente. Por mucho que adoremos a Britney, nos cuesta mucho imaginarla dando un concierto de este tipo, al que va gente de lujo y que espera un poco de calidad vocal, característica de la que Britney carece desde aquel mítico 'Saturday Night Live' de hace ya 10 años. Nos cuesta mucho imaginar como sería un show de Britney día y noche en el que la pobre treintañera intente bailar, que coincidan sus labios con la música y no caerse al suelo.
Se rumorea que ese contrato sería por la increíble cifra de más de 100 millones de dólares al año, una cifra algo superior a lo que cobró en su día Celine Dion. Ese pack conformaría no solo actuaciones, sino apariciones en eventos, fiestas, estrenos y demás. Vamos, un chollo que deja los 15 millones de 'X Factor' a la altura del betún.
Parece que el equipo de Britney quiere explotarla ahora que aún es joven para que pueda tener un retiro a los 40 y no tenga que rendir cuentas a nadie más en lo que le quede de vida. Esperemos que Britney sea un poco más sensata y se lo tome con calma. Y como decimos siempre: ¡que tu octavo disco no se resienta!
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