La Princesa del Pop, Britney Spears, confirmó hace un par de días lo que pocos se imaginaban: volverá para una segunda temporada consecutiva en 'X Factor USA', la que vendrá a ser la tercera en total.
¿Por qué nos sorprende? Porque Britney, pese a estar trampeando la situación como puede, no está a gusto en el papel de jueza. Ni en cualquier papel que incluya interactuar con algo que no sean sus extensiones o un micro de estudio. Britney no se ha soltado, y lleva ya meses en el puesto, con un par de directos a sus espaldas, así que si, desde el primer cásting de mayo, sigue soltando "amazing", "sweetie", y sobre todo su más que manido "definetely", no creemos que la cosa vaya a mejorar. Curiosamente es esa la palabra que usa para responder a la pregunta: ¿Volverás el año que viene? que le soltaron a la compositora de 'Dear Diary'.
Quizá es el momento de plantearse el verdadero papel de Britney en la sociedad: una simple popstar que debería limitarse a cantar en playback, a bailar solo con los brazos, a poner miradas incómodas, pero solo en el escenario, nada de jueces ni interacción con personas. No, como mínimo, hasta que esté curada, si es que algún día lo está. Lo decimos por su bien
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